El perro recuerda, para que nunca se olvide, que este jueves 23 se cumplen 80 años de la ejecución en la silla eléctrica de los anarquistas Nicola Sacco, zapatero, y Bartolomeo Vanzetti, vendedor de pescado. Ambos, inmigrantes anarquistas italianos en Estados Unidos, acusados sin ninguna prueba en 1920 de robar y matar al pagador de una fábrica y a su escolta en Braintree (Massachusetts), y ejecutados ocho años después tras un juicio político donde jamás se demostraron tales hechos. Se trataba tan sólo de amedrentar a los anarquistas, (y comunistas), de dar un aviso desde un Estado contaminado entonces por el anticomunismo y dedicado a la caza de brujas. Hoy en día Estados Unidos y sus Estados satélites son sistemas fascistas, mucho más fascistas que hace ochenta años, y no matan a dos personas, (que fueron bastantes más), sino que aniquilan a millones de personas, desequilibrando el estatus de relaciones internacionales que tenía como premisa salvaguardar la paz y evitar las guerras, logrado tras la segunda guerra mundial con la creación de la ONU, y para hacer dinero imprime con letras de sangre las fronteras del bien y las fronteras del mal, creando un abismo donde todo vale, cambiando la etiqueta anarquista de los veinte, por la de terrorista, siendo terrorista todo aquel que se interponga en sus planes de enriquecimiento, es decir, los que están en el eje del mal.
No obstante lo conmovedor y controvertido de este aniversario, es que durante el juicio amañado contra los trabajadores Sacco y Vanzetti, hubo una revuelta internacional sin precedentes que aunque no evitó el crimen de estado en agosto de1928, sí levantó una alerta que acaso mermó en algo la salvaje conducta de los Estados Unidos hasta la segunda guerra mundial. Desde la segunda guerra mundial, cuando Estados Unidos tomó posición de potencia preponderante a mucha distancia de las otras, y sobre todo tras el fin de la guerra fría, (con la caída del muro de Berlín), esta potencia se ha otorgado el permiso para matar y saltarse todas la leyes internacionales y las de cada país, con una chulería y desfachatez sin precedentes, que ni se disimula ni se disfraza, aún cuando miles de manifestaciones y muestras de rechazo se han ido sucediendo. El odio pues sigue y como mínimo en la misma medida que el gobierno de los EEUU y sus acólitos continúan fustigando sin freno a su eje del mal.
No obstante lo conmovedor y controvertido de este aniversario, es que durante el juicio amañado contra los trabajadores Sacco y Vanzetti, hubo una revuelta internacional sin precedentes que aunque no evitó el crimen de estado en agosto de1928, sí levantó una alerta que acaso mermó en algo la salvaje conducta de los Estados Unidos hasta la segunda guerra mundial. Desde la segunda guerra mundial, cuando Estados Unidos tomó posición de potencia preponderante a mucha distancia de las otras, y sobre todo tras el fin de la guerra fría, (con la caída del muro de Berlín), esta potencia se ha otorgado el permiso para matar y saltarse todas la leyes internacionales y las de cada país, con una chulería y desfachatez sin precedentes, que ni se disimula ni se disfraza, aún cuando miles de manifestaciones y muestras de rechazo se han ido sucediendo. El odio pues sigue y como mínimo en la misma medida que el gobierno de los EEUU y sus acólitos continúan fustigando sin freno a su eje del mal.
