La democracia tan sólo es un nombre que sirve para designar a un eje en esta inventada guerra mundial que hoy se nos presenta como necesaria para que la democracia, que sólo es un nombre, triunfe sobre los demás sistemas. Este estúpido bucle sólo se defiende con fe, como también se defienden todas las religiones, pues la razón no sirve para estos menesteres. El sistema de defensa se basa en la siguiente certeza de fe, (dogma de fe), “quien no defienda la democracia, (que sólo es un nombre que avala la legitimidad de grandes negocios)…, quien no defienda la democracia es un terrorista”. De hecho algunos actores democráticos últimamente han salido a los medios con certezas de este tipo. Berlusconi dijo hace dos días en plena campaña electoral italiana que quien no lo votara es un “gilipollas”; o Rajoy en España en plena campaña de acoso y derribo al gobierno dijo que la aprobación del estatuto catalán es cosa de “inconscientes que no saben lo que hacen”, siendo que dicho texto fue aprobado por el 90% del Parlamento. Así las cosas, poco a poco, o mucho a mucho según los Estados donde se haga, (hablo de Estados Unidos), hablar puede convertirse en un delito e incluso votar democráticamente, (recientemente en Palestina y en otros estados el voto democrático del pueblo ha llevado al gobierno a leviatanes del eje democrático), votar democráticamente puede convertirse en un acto contra la democracia, (contra la democracia como simple palabra). Que explote la bomba.
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