jueves, enero 19, 2006

Muerte

Muerte, las cornejas que se dan
contra las oscuras paredes y las tejas;
muerte, las mujeres que se dan al amor
como si descascararan cebollas...

Muerte, las sucias calles anodinas
de nombres ilustres y rotundos,
el olivar, la mar entorno y hasta
el sol, muerte entre las muertes.

Muerte, el gendarme que dobla el papel
para pesar la "la raya que falta",
muerte, los jacintos en la balcón
y el maestro con el periódico.

(Base, guarnición, fielato* de Prévesa**;
el domingo escucharemos a la banda.
He abierto en el banco una libreta,
primer asiento: terinta dracmas).

Un lento paseo por el malecón,
"¿existo?" me pregunto, "no existes".
Viene el barco enarbolando una bandera,
quizá será el Prefecto que llega.

Si por lo menos alguno de estos
reventara de asco...
tristes, taciturnos, circunspectos,
podríamos todos reirnos en el entirrro.

*Oficina para pagar impuestos sobre el consumo situada a la entrada de los pueblos
** Ciudad griega.



Costas Cariotakis

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Bitácora anarquista de literatura, desfases, opiniones, anecdotarios, y demás adentros que se echen afuera. El Perro apoya al pueblo en cualquier acción de respuesta que por justicia ejerza. Que explote la bomba.