
Ante las colas en los terminales de los aeropuertos, encapsulados en techos de cristal para adentrarnos en vehículos de altísima velocidad, sólo cabe la complacencia del que está acostumbrado al viaje o a su simulación. Lo artificial es moneda de cambio para dominar la nada, el esperpento es el fin de los sueños colectivos, la individualidad y el maquillaje.
Indios con los pies minados de “piques” se agolpan en el escaparate donde están echando, vomitando, la super ball. La selva es un destino turístico y hoy es lunes y su aldea está cerrada. Libran como indígenas.
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