La FAES ataca Galicia

Es difícil imaginar la magnitud del ataque terrorista que está viviendo este país desde el fin de semana, aún viendo los programas más sensacionalistas de las televisiones del Estado. La interpretaciones tradicionales acerca del inconfesable origen del fuego -especulación urbanística, madereras, agentes forestales agobiados por el euribor , y otras tantas- han quedado reducidas a cenizas al igual que más de 15.000 hectáreas de Rías Baixas. Todos saben aquí que esto es otra cosa. Sólo se ha buscado hacer daño y, todo ello, en un contexto político previo que ahora sería el momento de recuperar de las hemerotecas de los últimos dos meses. Hace sólo unos días, supimos que las cifras de incendios eran este año sensiblemente inferiores a las de ejercicios anteriores, lo cual, y podéis alucinar con esto, no gustó al PP, que manipuló y manifestó en Santiago a quienes viven del fuego y a los alcaldes afectos. Entre el ¡centenar! de incendios activos desde el viernes en Galicia, algunos corresponden a la categoría de lo habitual: son "estructurales" o incluso "folklóricos" (véase el informe de ADENA al respecto), pero otros son de marcado carácter terrorista: sin motivación tradicional y buscando el miedo e incluso la muerte de personas. Estos últimos, los incendios que buscan el terror, afectan principalmente a los concellos de Pontevedra (BNG), Vilaboa (BNG), Caldas (PSOE), Rianxo (PSOE), Porto do Son (PSOE), Ames (Psoe+Bng), Santiago (Psoe+Bng) ¿Seguimos? ¿O está ya claro? Hoy mismo, el diario EL MUNDO titula en portada a cinco columnas: "La Xunta exige saber gallego para colaborar en la extinción de incendios" y lo acompaña, claro, con una dramática fotografía de lo que ocurre por culpa de nuestra lengua. Cuánto odio me produce leer algo así. Hay que ser muy malo. ¿Se puede hacer algo? Es muy difícil: se quema de noche y es imposible controlar todo el territorio. Es triste admitir que debemos esperar a que llueva, pues esto no lo apaga ningún ejército y, si lo hiciera, mañana volvería a arder. Hasta que manden ellos de nuevo. Mientras tanto, el sol está eclipsado totalmente desde el viernes -alumbrado público, luces de coches a mediodía- y la ceniza cae sobre nosotros como en los últimos días de Pompeya.



texto de Alberto