Una cortina de álamos, como lanzas erguidas para un combate, verdeaba la nube de polvo levantada por miles de pasos sobre el agrio erial sediento. Varias banderas republicanas ondeaban agitadas por ebrios corazones jóvenes. La música de Fe de Ratas nos envolvía a todos. Allí estábamos, con la sensación de que la historia nos absolvía de los crímenes cometidos en nuestro nombre, -Vietnam, Irak, Afganistán,…-, y lo gritábamos, ¡muerte al fascismo!, desde una patera errática, que busca un puerto donde saltar para vivir con dignidad. Tras varias horas de concierto, con el espíritu henchido de compañerismo y solidaridad, volver a la vida dictada nos parece menos duro, y arrastramos la sensación de ser células dormidas de una revolución aún por hacer.
texto escrito por el Doctor Torralbo durante el festival LumbrerasRock 2006
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