La cognición folk

La cognición folk, aquella aprehensión popular del mundo, entendiéndose popular como un adjetivo que distingue al conjunto de personas no tocadas por el aprendizaje académico y/o marcado por la cultura globalizada, se pierde. Un pastor analfabeto que supiera dirigir su rebaño por la noche de un lugar a otro, orientándose sólo por las estrellas; o una anciana de ojos brillantes que adivinara el embrazo de su nieta con sólo cogerle la mano… son y cada vez más, figuras de la literatura, o emblemas de una humanidad que existe sólo en la memoria colectiva. Existe, eso sí, el ciudadano “avant la lettre”, que enjuicia el mundo de la forma en que lo enjuician grandes pensadores no habiendo leído nada nunca, pero es una figura esta muy alejada de la de la abuela o el pastor. Existe pues sólo la memoria.

En el Polo Norte, en una tribu que recibe la señal del Madrid-Barça vía satélite, se ha perdido una niña de seis años, nieva y hace viento, y la gente reza en una nave calefactada que les sirve de iglesia mientras esperan las noticias de la policía, a quien avisaron por radio. En otro tiempo hubieran dado con ella gracias a la cognición folk, que llega allí donde aún no llega la ciencia y que se perdió, entre otras cosas por esta.