lunes, febrero 25, 2008

El Tahúr


El tahúr tenía embelesadas a las ociosas amas de casa que dejaron de jugar al parchís para atender a sus juegos de cartas. Ellas sabían que este hombre era un fullero y punto, sin embargo engañaba con tanta cautela y arte que alguna puso empeño hasta en llamarlo mago. El tahúr las cautivó unos minutos para regresar luego a su vaso de vino y ellas al parchís, cuando tristemente le comentó al camarero, que no le había preguntado nada, que antes de la depresión que le causó la baja laboral hacía trucos de magia a los compañeros mientras trabajaban, que hacía trucos de magia porque el trabajo le hastiaba y le producía ansiedad, que lo despidieron porque en vez de trabajar hacía trucos de magia y en el recurso que presentó contra el despido de la empresa, el cual ganó, un médico le diagnosticó adicción a los trucos de magia para evadirse del trabajo. El camarero escuchaba la charla mientras con el trapo sacaba brillo a la vajilla, y cuando acabó el tahúr su perorata le preguntó, “y si ya no trabajas, ¿por qué sigues haciendo trucos de magia?” y el tahúr se encogió abrazándose al vino.

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