El humo, el viento y el fuego son cosas que puedes sentir pero no tocar. Con los recuerdos y los sueños ocurre lo mismo. Están hechos de la materia del mundo. Sólo durante un espacio de tiempo muy corto tenemos pelo y dientes y nos ponemos ropa roja y tenemos huesos y piel y ojos que ven. No dura demasiado. A algunos más que a otros. Si tienes suerte, tú serás quien cuente esta historia: que los ojos han visto, el pelo ha ondeado, la piel ha sentido caricias, los huesos han empezado a doler.
Tom Spanbauer. El hombre que se enamoró de la luna
2 comentarios:
Está muy bien esta novela pero el párrafo que has escogido la desvirtúa, parece que el texto tiene un toque existencialista y tal y no es así, Spanbauer habla de otra cosa
Spanbauer habla de follar
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