ser nada
... Mi aislamiento no es una búsqueda de felicidad, que no tengo alma para conseguir; ni de tranquilidad, que nadie obtiene sino cuando nunca la pierde, sino de sueño, de apaciguamiento, de renuncia pequeña.
Las cuatro paredes de mi cuarto son para mí, al mismo tiempo, celda y distancia, cama y ataúd. Mis horas más felices son aquellas en las que no pienso nada, no quiero nada, no sueño querer, perdido en un torpor de vegetal equivocado, de mero musgo que creciese en la superficie de la vida. Disfruto sin amargor de la conciencia absurda de no ser nada, el antesabor de la muerte y del apagamiento.
Nunca he tenido a nadie a quien pudiera llamar Maestro. No ha muerto por mi ningún Cristo. Ningún Buda me ha indicado el camino. En lo alto de mis sueños, ningún Apolo o Atenea se me ha aparecido, para que me ilminasen el alma.
(Fernando Pessoa. Libro del desasosiego)
1 comentario:
Las más sórdidas tascas me han oido pronunciar alguna vez estas palabras de Baudelaire...
Je ne passe jamais devant un fétiche de bois, un Bouddha doré, une idole mexicaine
sans me dire: c’est peut-être le vrai dieu.
No hay renuncia en ellas, ni esoterismo... Son Cristo y Buda quienes indican el camino de la renuncia. "Eternamente retorna él, el hombre del que estás cansado, el hombre pequeño - así bostezaba mi tristeza y arrastraba el pie y no podía adormecerse...
Ya no pastor de rebaños, ya no hombre." Ni anunciador!
Un abrazo
Publicar un comentario