Rondaba el principio del siglo XXI, las aves traían consigo un virus potencialmente mortal, los científicos de los gobiernos de poderosos países nos echaron a la memoria una espantosa pandemia que hacía un siglo diezmó la población de zonas del planeta; los medios de comunicación se hacían eco del negro porvenir que agostaba sin duda el futuro de la humanidad… Nos íbamos a morir todos… Pero la industria farmacéutica sacó un posible remedio para salvar a los hombres, a un precio que los estados democráticos por el bien de la población a la que apadrinaban, estaban obligados, como es lógico, a pagar…
El profesor Terry Nolan de la Universidad de Melbourne (Australia), el principal investigador del virus declaró: 'En primer lugar, podemos confirmar que realmente es posible vacunar a personas contra este virus de la gripe aviar utilizando la tecnología existente', y grandes sumas de dinero se revalorizó la empresa que sacó esta sin par vacuna: el tamiflú del Grupo Roche, cuya patente fue comprada a la empresa cuyo principal accionista es DONALD RUMSFELD, Secretario de Defensa de Estados Unidos, uno de los países que dio la alarma sobre la maldita pandemia que está por venir.
A los pocos meses nadie habla de la gripe del pollo, apenas queda una angustia olvidada y cinco chistes que la memoria popular guarda… El acabose se iba a producir en la época de la migración de las aves y en ella estamos, (casi ya pasada), sin que un mal pato infectado haya caído en ningún estanque, donde cuerpos preparados de escafandrados veterinarios ahora bostezan.
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