viernes, junio 02, 2006

Sólo el dolor del parto

Entre contracción y contracción hay un momento para la reflexión, una reflexión moderada por el siguiente dolor que vendrá seguro. El cuello del útero se agranda con cada dolor y el parto es inminente. Este castigo, el dolor, tiene su recompensa, dar a luz al niño. Existe un paralelismo entre las acciones inveteradas de la naturaleza y la conducta social del hombre. Esta conducta social se rige por normas religiosas, políticas, económicas y de convivencia, y el dolor media en todas estas normas, dolor necesario para dar a luz un beneficio, la libertad, el bienestar, el cielo o la integración social. El dolor es el pecado, es la multa, es la cárcel, es la pérdida de identidad… Sin embargo no son dolores necesarios sino dolores embusteros que beatifican un fin e instalan en la memoria colectiva la engañifa de lo que escuece cura. Sólo el dolor del parto es prefacio de una buenanueva.

Entre contracción y contracción hay un momento para la reflexión, una reflexión moderada por el siguiente dolor que vendrá seguro. En ese espacio de tiempo se piensa en la futilidad de la existencia y cuando viene el dolor en lo que cuesta vivir.

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