miércoles, febrero 23, 2005

La madre del mundo


El Cairo. La ciudad esdrújula Posted by Hello

La ciudad de El Cairo es caótica. La ciudad no duerme, el bullicio es constante de noche y de día, el tránsito de vehículos es extremadamente veloz y sin orden, y oprime a los transeuntes de las abarrotadas calles. La comunicación entre los coches para poder circular es por medio del claxon, y el ruido del motor, el de las bocinas eléctricas, los gritos de los vendedores y las llamadas al rezo, sin orden, sin orden, sin orden; hacen que el visitante esté en constante estado de choque, y tal excitación le produzca unas ansias por andar, crear, hablar, sumarse al ruido, sumarse al vértigo para crear más vértigo.

Los cairotas son lúcidos, tremendos tertulianos, inteligentes, con una mirada limpia y segura, que ante el caos te dicen lo entiendo todo, embrujando, con el humo de una shisha, desde un café donde dejar la vida. En ellos se mezclan el aceite y el agua.

La ciudad de El Cairo es pícara, tiene sus cortes de los milagros, donde al manco le crece la mano, el ciego recupera la vista, el niño que llora dolorido sonríe resabido y el mugriento se lava. Por el entramado de las callejuelas de Khan el Khalili andan los tullidos, y en sus alrededores, despues de recorrer callejuelas estrechas, damos con sus reinos donde se da el milagro de la curación.

En la ciudad de El Cairo hay uno de los lugares del mundo más tétricos, la ciudad de los muertos, que ya se ha convertido en uno de los lugares preferidos para el turismo sádico y pervertido. Esta ciudad, la componen dos cementerios gemelos, (en donde reposan algunos reyes mamemlucos), devorados por la superpoblación. En 1956 la aviación franco-británica bombardeó Port Said aplastándolo, los supervivientes, para seguir viviendo, andaron en una marcha patética hasta El Cairo, donde por no haber techo bajo el que dormir, acabaron instalándose en los cementerios, tras llegar a un acuerdo con las familias dueñas de las tumbas-casas, por el que si los inquilinos ciudaban las instalaciones podían quedarse en ellas. Con el paso de los años, la pobreza junto con el tremendo problema urbanístico de la ciudad, ha hecho que en la actualidad, más de medio millón de personas habiten los cementerios, que tienen agua y luz, parada de autobús, tiendas de alimentación, talleres... Lugar que se ha convertido en una de los más tétricos del mundo, donde el desastre obliga a los vivos a convivir con los muertos, en un infierno en ciernes.

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